sábado, 8 de junio de 2019

malcojidos

A su triple ironía y buen gusto yo le antepongo la cruda realidad.
Autor: Ricardo Garavito DNI 23.968798

  
 “ …Hice el amor con una muchacha punk. Decir: hice el amor” es un decir, porque el amor ya estaba hecho antes de mi llegada a Londres y aquello que ella y yo hicimos, ese montón de cosas que hicimos ella y yo, no eran el amor y ni siquiera –me atrevería a demostrarlo- eran un amor: eran eso y sólo eso eran. Lo que interesa en esta historia es que la muchacha punk y yo nos “acostamos juntos”. Otro decir, porque todo habría sido igual si no hubiéramos renunciado a nuestra posición bípeda, integrando eso -¿el amor?- al hábitat de los sueños: la horizontal, la oscuridad del cuarto, la oscuridad del interior de nuestros cuerpos, eso. Primera decepción del lector:…soy varón.”
                                                                                                 Fogwill (Muchacha Punk)



“El arte –pienso- debe testimoniar la realidad, para no convertirse en una torpe forma de onanismo, ya que las hay mejores…”
                                                                      Fogwill (Muchacha Punk)

Hace mucho que no hay fluidez y naturalidad en la vida cultural, política, laboral y social de nuestro pedazo del mundo. Al definir a las responsabilidades y responsables de este padecer uno incomoda a gente obtusa que se siente cómoda ejerciendo un poder y poderío vulgar.

  También es cierto que las únicas mujeres que me logran “calentar”, las que definitivamente me hacen hervir las venas del instrumento del amor y de la carne que sabe odiar, son mujeres que hacen política y ejercen ideología. Es muy probable que eso tenga que ver con que la violencia ante la cual no sabe responder el pueblo es esa donde se lo cojen siempre los mismos que juegan a lo mismo.

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